lunes, 19 de abril de 2010

Valery... capitulo 1


Abrí los ojos observando el radiante sol que iluminaba intensamente mi habitación y mis pensamientos, el cielo despejado y brillante hacían de la ciudad un hermoso paraíso, me encantaban aquellos días soleados en los que la gente se saludaba con cálidas sonrisas, pues no hay nada mejor que ver los rostros agradables de las personas que te rodean para hacerte saber que tu día también será bueno; en el ambiente se percibía el delicioso olor de las flores recién levantadas luego de una noche fría y humedad, las dulces notas provenientes de la casa de la señora Hamilton quien tocaba alegremente el piano, los ladridos de Bufí, el hermoso cachorrito de Candas, mi frustrante vecinita y lo que más me encantaba, el delicioso aroma del perfume de mi padre que se escabullía en la habitación despertándome con ternura, al sentirlo aspiraba profundamente en un intento de guardarlo para todo el día hasta mañana por la mañana, dibuje una sonrisa en mi rostro al oír los pasos de mi madre bajando las escaleras, estire mi cuerpo para levantarme, me baje de la cama y abrí la ventana para darle paso al dulce fresco de la mañana, cerré los ojos para disfrutar las caricias del viento en mi rosto, mire el reloj el cual marcaba las 7:00 am, tenía tiempo suficiente para alistarme.
Me duche sintiendo las gotas de agua en mi lengua, era increíble como algo que no tenia sabor alguno, podía saciar con deleite tan cruel necesidad, como aquello que no puedes tocar, lo sientas con tanto gozo, como esa agua brota de los ojos para así desahogar un corazón angustiado, suspire mientras salía maravillada del baño.
Me acerque al armario en busca de un atuendo perfecto para un día sumamente perfecto, saque un lindo short rosa y una blusa color crema, me caracterizaba por ser bastante vanidosa, finalmente me vestí y me maquille lo más natural posible, pues pienso que la verdadera belleza es aquella que se puede apreciar con fina sencillez. Baje las escaleras hacia la cocina en donde se encontraban mis padres desayunando mientras conversaban con comodidad, igualmente me esperaba un delicioso plato de cereal.
-buenos días princesa – me saludo mi padre carismático, mientras mi madre me sonreía tiernamente.
-hola papitos – les di un beso y me ubique en mi asiento.
-Valery cariño sabes que no estamos de acuerdo con que estés hablando por celular hasta altas horas de la noche – mi madre era quizás demasiado comprensiva y un poco alcahueta, pero siempre trataba de entenderme y reprenderme con cariño.
-lo siento no volverá a suceder – me excuse sonriendo con dulzura.
-eso espero – agrego mi padre serio, el es bastante cariñoso, pero una maldición verlo molesto.
-sí, señor Joseph
-no estoy bromeando – me señalo con autoridad.
-ya cariño, ya dijo que no volvería a suceder otra vez – como siempre mi madre estaba ahí para defenderme.
-bueno, bueno ya me voy se me va a hacer tarde, los amo.
Detestaba cuando mi padre me reprochaba por lo que hacía, pero trataba en lo posible de no contrariarlo, no quería que luego me diera un sermón más largo aun, o que según él mi rebeldía causara repercusiones graves; me levante del comedor rápidamente, me subí al auto que me había regalado mi abuelo, este auto era realmente lindo y me ayudaba a no estar caminando, me resultaba engorroso llegar tarde a la escuela, pero gracias a él podía ahorrarme ese trabajo, bueno aunque mi padre al principio no estaba convencido con que la niña de la casa manejara sola un auto, estaba completamente paranoico con que me terminaría accidentando, es bastante casón pero lo amaba tal y como desgraciadamente a veces se comportaba. Estacioné el auto en frente de la casa de Amy.
-hola val – me saludo con un tierno pero reconfortante abrazo.
Amy es en realidad especial, es por decirlo así un cofre de dulces, tierna pero quizás demasiado tímida, tanto que innumerables veces me preguntaba el porqué era su amiga si yo era la chica más popular de la escuela y ella solo otra más del montón, para mí era absurdo que pensara algo así, pues no se llegaba a imaginar lo especial que era para mí, la quería inmensamente pues sabía que podía confiar ciegamente en ella y que siempre estaríamos juntas apoyándonos hasta el final, era una amistad muy valiosa, aquellas que perduran para toda la vida. Amy es linda en toda sus formas, su cabello liso, largo color café es hermoso, delgada y su tez blanca como la leche.
-¿Cómo dormiste?
-súper bien, las cosas con mi madre están mejorando, está comenzando a sonreír – en su rostro se dibujaba una delicada sonrisa.
Amy estaba pasando por momentos difíciles pues su padre había fallecido hace un mes, lo cual había sido muy duro para su madre y sobre todo para ella, no quería ni siquiera imaginarme estar en su posición. Me alegraba que su familia lo estuviera superando y que su madre estuviera mejor ya que era una señora alegre y cariñosa.
Cada noche me quedaba hablando con Amy hasta tarde esperando a que se durmiera para que no se quedara llorando hasta el amanecer como hacia los primeros días de la muerte de su padre, me partía el alma verla sufriendo de tal manera.
-es un alivio escuchar eso.
-dímelo a mí.
Tome su mano en un intento de transmitirle un poco de seguridad, ella es como una hermana para mi, aunque no lo creyera me sentía confiada a su lado, de la misma forma en la que yo trataba de brindarle seguridad, ella lo hacía conmigo y estaba en verdad agradecida por eso.
Recordé aquel día lluvioso en el que su padre fue sepultado, recordé como lloraba desconsolada en mis brazos, mientras nuestras lágrimas se combinaban con las gotas de lluvia, en un momento Amy emitió un grito de dolor haciendo que mi corazón se partiera en mil fragmentos al escucharla, la lleve a su casa y me acosté a su lado, las lagrimas no dejaban de brotar en sus ojos, quería calmar su dolor cargando la mitad de él, pero era imposible solo podía limitarme a verla sufrir, su mirada perdida en el vacio causaba en mi un sufrimiento indescriptible.
-tienes que ser fuerte, yo estoy aquí contigo – intentaba hacerle saber que estaba allí para protegerla y brindarle mi amor.
-¿fuerzas Val? Yo no podre tener fuerza – su respuesta me entumeció el corazón, me acerque a ella tomándola cuidadosamente entre mis brazos mientras posaba su cabeza en mi pecho.
-no sé qué hare ahora que él se ha ido ¿Por qué él? Nunca le hizo daño a nadie, el era la razón de vida de mi madre.
-duérmete cariño, duerme.
Sus lágrimas cesaron y su respiración se apaciguo, suspire profundamente y caí en lejano sueño junto a ella.

-hable con katie
-¡Katie! - reaccione frenando crudamente.
-¡¿nos quieres matar?!
-se me olvido pasar por ella, mi tía me va a matar.
-cálmate, ella fue sola, tu abuelo ayer le entrego el carro, llamo para avisarme.
-Dios, casi me da un infarto – retome nuevamente el camino.
-es una lástima que no tengamos que pasar más por ella.
-¿Por qué lo dice?
-¡Dios! Tu tio esta como quiere, es tan hot.
-si lo sé pero mi tío Bill ya está viejo – respondí entre una carcajada.
Bueno eso es cierto, pero seguiré soñando con la foto que está en la casa de Katie de cuando era todo un dios de 17 años.
-sí, esa foto es toda una tentación.

Llegamos a la escuela en escasos minutos, nos bajamos del auto hablando entre sonrisas mientras nos dirigíamos a Katie quien nos esperaba en la entrada con su cabellera rubia suelta, un vestido ceñido al cuerpo que mostraba todos sus encantos y el cual combinaba con sus ojos verdes.
-¡hola! – corrí gritando y guidándome en ella.
-¡bájate! ¡Pesas como un demonio! – gritaba desesperada, me baje riéndome sin control.
-no vuelvas a hacer eso ¿quieres que me hernie o qué?
-lo siento – sonreí con inocencia
Katie es hermosa y demasiado creída pero posee un carisma inigualable, además de ser bastante cariñosa puede llegar a ser irritante si lo desea, desde pequeña hemos estado juntas y siempre nos llevamos bien, la adoro infinitamente, ella es mi prima favorita.
-hola cariño – Katie abrazo fuertemente a Amy.
-¿y a mí no me vas a saludar? – pregunte con descaro.
-¡no! Eres una tonta, algún día de estos terminare infartada o aplastada gracias a ti.
-eres una exagerada.
Me miro con ojos malicioso esbozando una sonrisa picara, de un momento a otro me abrazo fuertemente dejándome sin respiración alguna.
-¡te amo, prima!
-¡suéltame! ¡Suéltame! – gritaba sin respiración. Me soltó alejándose de mí instantáneamente
-¿soy exagerada? – su rostro dibujaba una gloriosa sonrisa.
-lo siento – dije recobrando el aire
-¡ves! Estropeaste mi vestido, eres una tonta Valery – señalaba la manga del vestido la cual se había anchado un poco.
-si eres exagerada, recógetela y ya, te amo – dije mientras entraba a la escuela
-yo no – me siguió junto con Amy.
La escuela era algo de lo que no me quejaba, era agradable a su manera, había gente agradables pero había otra irritante e indeseable, yo hacía parte de las personas encantadoras, me gustaba ser amigable y cariñosa pues esperaba lo mismo de los demás, siempre me he destacado por ser inteligente, recibir diplomas de excelencia y tontadas de esas, eso no vale nada para mí, lo que en realidad representa un gran mérito es mis conocimientos los cuales utilizo para el bien común, yo soy como había dicho Amy alguien popular pero no como en las películas donde son las porristas rubias, huecas y vanidosas eso era algo así como un mito o bueno al menos mi escuela por cierto lado marcaba algo de diferencias.
Era popular junto con mi querida prima y Amy pero era obvio las diferencias de personalidades lo cual resaltaba mas el grado de mentira de que las populares son las zorras porritas, nunca había tenido un novio en la escuela y mucho menos Amy, bueno Katie unos 3 pero eso era poco para mucha de las chicas de la escuela. Solo había tenido un novio en mi vida el cual por ciertos motivos me da pena nombrar, pero ya es pasado así que ¿qué más da? Jack mi primo, estuvimos juntos a escondidas y son obvias la razones, además de que solo tengo 17 y el tiene 26 años, solo fue un capricho estúpido así que dejamos las cosas como estaban y ahora el tiene su prometida y yo estoy feliz por él y por mí, pero bueno es un secreto que solo se yo, al principio luego de terminar cuando él se comprometió, las cosas no habían terminado del todo, no podía negarme a mi misma que me gustaba demasiado y nos vimos unas cuantas veces más pero entre los dos nunca sucedió nada más que simples besos, algo que si no es un secreto ¡soy virgen! Estoy orgullosa de eso, ahora eso es un pecado, sonara anticuado pero esperare a mi príncipe azul o el de cualquier color pero que sea para mí.

Caminado por el pasillo Derek me saludo con una radiante sonrisa, tan hermosa que fue difícil para mí apartar la mirada de él, la cual se contagiaba en segundos, finalmente mire hacia el frente para seguir mi camino, pero mi sonrisa de un momento a otro se convirtió en una mueca de desagrado, era increíble como con tan solo verlo todo rastro de alegría se marchaba de mi ser, Tony se dirigía en dirección opuesta a mi junto con Jaime, en su rostro se dibujo una sonrisa maliciosa al verme; Tony Mclions era por decirlo así una horrenda pesadilla, pero hermoso a su extraña manera, era tan guapo que su belleza era casi increíble, su cuerpo era como una deliciosa barra de chocolate, su cabello y sus ojos negros brillaban aun así no hubiera luz alguna en el lugar, su imponente caminar hacían de él un majestuoso dios lo que a su vez se intensificaba al mostrar una hilera de dientes perfectos, y su mayor atributo era aquel aroma que extasiaba por completo tus sentidos dejándote completamente fuera de orbita y que despertaba en ti los pensamientos más profundos, por ultimo y que no dejaba más alternativa que desearlo, su boca color rosa intenso, jugosa como las manzanas alusivas a sus labios productos de más cruel pecado que tentaban tu debilidad sin piedad alguna; pero todo aquello que te dejaba sin palabras era solo un espejismo, Tony era en realidad el castigo más cruel que había conocido en mi vida, pues no es difícil describir su inigualable apariencia, pero ¿qué puedo de su magnífica personalidad? ¡Cierto! Engreído, mentiroso, descarado, acosador, manipulador, adicto al sexo y a las drogas ¿y cómo olvidarlo? Su mayor debilidad, las mujeres.
El era para mí como un abismo oscuro y profundo en el cual no caería nunca, lo odiaba infinitamente por todo lo que a lo largo de tortuosos años me había hecho, pues se encontraba totalmente frustrado por no haber ganado aun el trofeo mayor, aquel que se negaba rotundamente a pertenecerle, ese que sobrepasaba su límite de alcance, aquel trofeo poseía un nombre propio, Valery Miller, para él era un total castigo ser rechazado, pero el no acceder a su tan anhelada petición me ha costado demasiado, el era mi peor castigo el cual no merecía, al verlo recordé todo aquello que me había hecho, recordé el día que me encerró en el baño, también aquel en que me pincho las llantas del carro y como olvidar aquel que había sobrepasado mi largo límite de tolerancia , aquella fiesta en la que el muy idiota había drogado mi bebida dejándome totalmente desorientada.
Aquellos días en los que Tony se aparecía por mi feliz camino algo malo sucedía, el era una desgracia andante junto con Jaime; Paso a mi lado sin apartar su mirada penetrante de mis ojos, voltee la mirada como gesto de indiferencia, su presencia hacia que la ira se activara en mi cuerpo, y que el sentimiento de impotencia invadiera mi mente por completo.
-se ve hermoso – katie susurro a mi lado.
-es un imbécil- cada vocal que salía de mi boca estaba impregnada de odio profundo.
Amy sonrió divertida ante mi respuesta, después de todo no era una novedad que yo pensara de esa manera, era algo connatural en mi, de un momento a otro un estruendoso ruido se produjo a nuestras espaldas y un chillido de dolor se extendió por el pasillo, lo cual llamo nuestra intención en instantáneamente; Tony tenia a Derek colgado del cuello mientras le propinaba un fuerte golpe en el rostro, reaccioné sin dudarlo y me dirigí a ellos corriendo a gran velocidad, era un mostro, Derek solo tenía 14 años, no podía creer que un imbécil de 18 años tratara de esa manera a un niño, por desgracia Jaime me interrumpió el paso tomándome del brazo.
-¡suéltame! – grite desesperada
-no te metas
Veía como Derek poco a poco perdía el conocimiento, respiraba con gran dificultad, y su rostro no poseía ya color alguno, solo se movía desesperado en un intento de tomar aire.
-¡que me sueltes! – la ira activo mis neuronas haciendo que empujara fuertemente a Jaime.
Tome a Tony del cabello halándolo cruelmente hacia el piso, él sabía quién era yo y que no necesitaba de nadie para poder darle una lección, intentar hacerle daño era un instinto que él había creado en mi, cayó en el suelo soltando así a Derek, yo me encontraba inclinada a su lado con su cabello aun entre mis manos.
-¡suéltame zorra! – me grito abriendo sus ojos de par en par.
-¿tanto quieres que lo sea? – susurre con ironía en su oído.
-es lo que más deseo
Me tomo ágilmente por la cintura tumbándome en el suelo, inmovilizándome subiendo su cuerpo sobre el mío, sentía su agitada respiración en mi rostro, mientras posaba su mirada sobre mí a escasos centímetro, mi mente se encontraba totalmente perdida en sus profundos ojos, lo odiaba pero no podía negar que en él había cosas inevitables de admirar, se acerco a mi lentamente pero se detuvo emitiendo un profundo suspiro, de un momento a otro lo empuje delicadamente quitándomelo de encima, me levante aun desorientada. Amy y Katie me miraban sorprendidas lo que hizo que mis mejillas se sonrojaran intensamente, no produje palabra alguna y me aleje tomando Amy de la mano pero por ultimo mire hacia atrás en donde se encontraba Tony aun sentado en el suelo esbozando una un gloriosa sonrisa.
-¿Qué sucedió ahí Valery Miller? – pregunto Katie con una gran sonrisa.
No poseía respuesta a tal pregunta pues hasta yo misma me encontraba extrañada por mi actitud, no había reaccionado como siempre lo hacía, simplemente me perdí en la sensación que traía consigo tanta cercanía, me encontraba aun mas confundida al pensar en aquel suspiro que produjo absorbiendo así mi aroma, se me erizo la piel en solo pensar lo cerca que había estado de mí, lo cual nunca había sucedido antes o más bien trataba de evitarlo.
-¡te gusta Tony!
-basta Katie no sucedió nada, deja ya el escándalo ¿quieres?, alguien te puede escuchar.
-¿y acaso es mentira?
¿Mentira? Claro que era mentira, una persona como él no se merecía en mi inspirar un sentimiento lindo al pensarlo, de igual manera el odiarlo tanto no había sido creado por mi imaginación, sin embargo aquello no respondía pregunta de Katie ¿qué había sucedido?
-sabes que no me gusta, ¡lo odio! – en mi rostro no había expresión alguna pero en mi mente si había un único sentimiento, confusión.
-no te preocupes Val nadie vio nada – Amy me alentaba acariciando mi espalda.
-¡Valery! – aquel grito estridente llamo mi atención y voltee lentamente, Brittany se dirigía hacia mi enfurecida.
-pues no parece – le susurre a Amy suavemente.




3 comentarios:

  1. :O DE ERADD ME GUSTO!!LO AME LO AME LO AME! :$ olle sigue publicando me gustas como escribes. Te invito a pasar x mi blog. espero qe te valla bien.

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  2. :O:O:O:O:O:O WOw!me encanto enserio!! Es el primer blog q me engancha tanto q e visto! Es tan hermoso como escribes.. simplemente.. me encanta!

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  3. woow! me encanto no se por que no me deja seguir el blog mas tarde lo vuelvo a intentar pero ufdf sube pronto por que tu historia es super y quiero leer mas jajaja
    besos
    dani
    xoxox

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