domingo, 25 de abril de 2010

Tony 1


Abrí mis ojos lentamente quedando ciego al ver la luz que se escabullía en la habitación por la ventana entre abierta, tape mi rostro con las cobijas blancas que decoraban mi cama, pero las arroje a un lado al sentir en ellas un intenso y molesto olor dulce, como perfume de mujer, me estire aun en la cama produciendo un gemido de placer, me levante y sentí como si el mundo se derrumbara sobre mí, mire la mesita de noche en la cual se encontraba una botella de licor totalmente vacía, me tome la cabeza entre las manos pues sentía que se me caería del cuerpo, caminaba con cautela para no caerme, odia los malditos días en que el la luz de la mañana me despertaba temprano dejándome con ceguera, bostece profundamente y frote mis ojos para despertarme, abrí la ventana en su totalidad dejando que el sol cegador entrara iluminando hasta el ultimo rincón, de un momento a otro sentí un quejido que se producía detrás de mí, voltee con cuidado y con los ojos entre cerrados vi el cabello castaño que salía de entre las sabanas, intente recorrer los vagos recuerdos que en mi mente habitaban, ¡por Dios! Mire hacia abajo dándome cuenta que me encontraba completamente desnudo, reaccione colocándome el pantalón que se encontraba sobre la mesa del computador.
-¡Brittany despierta! – jale las cobijas destapándola, ¿qué había sucedido la noche anterior? No recordaba nada, lo cual me frustraba.
-¿qué sucede?
-levántate tienes que irte – recogí la ropa que se encontraba regada por toda la habitación y se la tire en la cara con brusquedad, no tenía tiempo para gallardías, de igual manera con ella me podía ahorra ser delicado. Se coloco con el pantalón pacientemente
-¡largo, largo! Mi madre te puede ver – la saque a empujones de la habitación, ella se quejaba entre suaves susurros, por ultimo le cerré la puerta crudamente en el rostro, no me había alejado ni medio metro cuando toco la puerta nuevamente, abrí con mala cara.
-¿Qué sucede? – odia cuando Brittany se ponía intensa, y en este momento no estaba de humor para soportarla.
-esto no es mío – dijo con un sostén en su mano derecha, mientras que con la izquierda cubría su pecho.
-mi amor, tuyo o no es lo mismo, igual estuve encima de él y seguramente de la dueña también – esboce una sonrisa maliciosa.
-eres un imbécil – estaba enojada pero no estaba dispuesto a mentirle, por alguna razón eso había llegado a mi habitación y no precisamente porque yo me lo colocara.
-muy bien que te costaste conmigo, así que no te quejes – levanto su mano la cual se dirigía a mi rosto, reacciones deteniéndola rudamente por el brazo – ni lo pienses yo no te obligue a que te me ofrecieras como una cualquiera, ahora lárgate.
La empuje violentamente cerrando la puerta por última vez. Me metí en la ducha bañándome con agua fría para que despertara mis sentidos que se encontraba fuera de órbita, trataba de recordar lo sucedido la noche anterior pero mi mente se encontraba completamente en blanco, no recordaba absolutamente nada, tenía que reducir un poco la droga no quería que la neuronas se me quemaran antes de tiempo.
Maltita sea, la cabeza me quería estallar, odiaba ir a la estúpida escuela y detestaba aun mas levantarme temprano, era increíble para mi explicarme como no me había vuelto loco repitiendo la misma absurda rutina todos los días de mi vida, aunque no podía quejarme del todo ya que sabia sacarle provecho a todo esto, pues niñas ingenuas y zorras inmaduras era lo que abundaba en la escuela, eran pocas las que había dejado pasar por alto, pero Diego y Jaime se habían encargado de ellas, en conclusión no me quejaba en lo absoluto de mi vida, era una completa fortuna poder vivirla.
Me cambie ágilmente y organice escasamente el cuarto para facilitarle un poco el trabajo a mi madre, bote el sostén que Brittany había dejado entre las cobijas, baje rápidamente hacia la cocina en donde se encontraba mi madre preparando el desayuno.
-buenos días cariño – me rodeo con sus pequeños brazos por la cintura.
-hola mamá – le di un beso en la frente, el olor a tocineta revolvía mi estomago hambriento, pero no podía quedarme para desayunar, ya era bastante tarde como para perder más tiempo.
-mamá, no puedo desayunar es tarde ya.
-hijo pero no puedes irte sin comer nada, estas en crecimiento.
-Mamá tengo dieciocho no trece – dije entre una tierna carcajada.
-para mi eres un niño.
-bueno te prometo que como algo cuando llegue a la escuela – busque las llaves de la moto que había dejado en el mesón de la cocina pero no se encontraban por ningún lado - ¿mamá no has visto las llaves de la moto?
-en el mesón, hay deben de estar nadie ha entrado a la casa.
-¡Brittany! – la furia fue evidente en mi rostro.
-¿Quién es esa? ¿No es con la que te encontraron en el baño de la escuela? – me pregunto con tono de desaprobación.
-ehmmm, nadie mamá me voy, te amo – me marche dándole un beso.
Maldita sea, Brittany no sabía con quien se estaba metiendo, eso me pasaba por ilusionarla tanto, pero ella no tenía que ser ciega para darse cuenta que solo era un juego, que no existía nada serio entre los dos, sería estúpido de mi parte si me llegase a enamorar nuevamente y más de una chica como ella, desde hace un año hasta el sol de hoy veníamos acostándonos, pero ella sabía que solo éramos amigos, no entendía porque su cabecita había elaborado ideas erradas últimamente, lo peor del caso era que ella sabía muy bien que no era la única, solo nos dedicábamos a jugar a la mamá y a el papá de vez en cuando, pero si lo que quería era este tipo de juegos entonces me la voy a… , el celular sonó interrumpiendo el hilo de mis pensamientos.
-¿Tony?
-¿Qué paso Jaime? – su voz era identificable para mi así la editaran en un computador.
- hermano, ¿traes un poco de polvos flu?
-¿me viste cara de Harry Potter o qué?
-sabes a que me refiero.
-sí, sí, sí. Chao ya lo compro.
Mientras iba hacia la escuela, con el tedioso trabajo de caminar gracias a la zorra de Brittany y sus estupideces, me dirigía a donde el chaco, el mexicano que vendía la mejor mercancía de la cuidad, no entendía como había llegado hasta aquí, pero como lo descubrieran no quería ni imaginarme lo que le harían por narcotráfico.
-hola cari bonito – me saludo estrechándome la mano.
-háblate charro.
-nada carnal ¿Qué quieres?
-una de coca – me entrego la pequeña bolsa que contenía lo que Jaime llamaba polvos flu.
Llegue al colegio con la ira revuelta en la cabeza pues me había tocado caminar por culpa de Brittany, era increíble lo fastidiosa que podía llegar a ser, pero no entendía en qué momento se había tomado las cosas tan apecho, no volvería a cometer el mismo error de acostarme con la misma chica varias veces, de igual manera con Brittany ya era monótono y nada excitante. Me dirige al baño de hombre donde seguramente se encontraban Jaime y Diego esperándome con ansias, pero antes intente buscar a Brittany de la cual no había rastro alguno, Stephany cruzo a mi lado con su mirada penetrante posada seductoramente sobre mí, tenía ganas de… no, pero ahora no, primero está el amor de mi vida, la moto.
-hola hermano ¿lo trajiste? – le entregue inmediatamente lo que me había encargado
-¿Dónde está Diego?
-llega tarde hoy – dijo mientras alineaba la droga con el carnet de la escuela, luego tomo un billete y lo enrollo haciendo de el cómo especie de un conducto y por ultimo aspiro profundamente mientras sus ojos se doblaban hasta quedar por unos segundos totalmente blancos.
-¿quieres un poco?
-no, ahora tengo que buscar a la estúpida de Brittany, me robo las llaves de la moto.
Salí del baño rápidamente, desesperado por encontrar a Brittany o mejor dicho recuperar las malditas llaves que me había robado por un estúpido resentimiento, en la mañana no le había dicho nada que fuera mentira, no puedo evitar ser sincero a la hora de decirle a una chica lo que es, claro después de comprobarlo por mí mismo.
-te lo advertí – dijo Jaime quien estaba a mi lado caminado por el pasillo.
-¿me advertiste qué?
-que debía compartir, no la debiste llevar a tu casa y mucho menos acostarte con ella más de una vez.
-imbécil, tu nunca me dijiste nada – le di un fuerte puñetazo en el brazo con mala cara.
Mire hacia el frete para retomar el paso, y de un momento a otro en mi rostro se dibujo una malvada sonrisa, Valery caminaba en dirección opuesta a mí, mis ojos se aferraron totalmente en su rostro; ella era como una ardiente tentación, mi boca se hacía agua al verla y mis hormonas se despertaban enloquecidas, su cabello rubio caía en cascada sobre su voluptuoso pecho, su pequeña cintura se dibujaba en una blusa ceñida al cuerpo y sus ardientes piernas se mostraban elegantes mientras su trasero se convertía en un delicioso pecado cubierto por un pequeño short rosa. Trague en seco e hice a un lado mis morboso pensamientos, solo tenía presente que algún día ella iba a amanecer en mi cama entre mis brazos, y ese día iba a obtener el merito mas valioso, “tener sexo con la más difícil”, Valery era ciertamente una fiera excitante, pues se defendía salvajemente si intentabas acercártele con negras intenciones, todos lo había intentado y ninguno había tenido suerte, pero sabía que algún día después de tanto desearla iba a poder hacerla completamente mía, luego llegaría otra metra la cual cumplir, pero por el momento ella era mi excitante prioridad; su mirada se torno seria y sus ojos azules resaltaban junto con sus provocativos labios, pase a su lado con los ojos aun postrados en ella. Finalmente enderece la mirada y vi como Derek, el hermano menor de Laura se dirigía con su mano empuñada hacia mí, antes de que pudiera hacer algo lo tome por el cuello arrecostandolo crudamente contra los casilleros.
-eres un imbécil, te acuestas con mi hermana y la dejas llorando ahora.
-tu hermana es una cualquiera.
Me escupió el rostro y reaccione golpeándolo fuertemente en la cara, limpie mi rostro con mi otro brazo, cuando en ese instante sentí como algo me halaba bruscamente del cabello haciendo que perdiera el equilibrio, cayendo así atrozmente en el suelo, vi a Valery a mi lado teniéndome del cabello con fuerza, mi cabeza se incendio de ira mientras y a su vez sentía un intenso dolor.
-¡suéltame zorra! – grite estruendosamente.
-¿tanto quieres que lo sea? – pregunto en un suave susurro.
¿Qué si quería? Claro que quería, tal vez si fuera así, ya hubiera cumplido mi objetivo desde hace mucho tiempo.
-es lo que más deseo – esboce una sonrisa bribona y ágilmente la tome de su pequeña cintura tirándola en el piso, con aun más rapidez apoye mi cuerpo sobre el de ella inmovilizándola por completo, al sentir su corazón que latía acelerado mi respiración se agito desesperadamente, sus ojos expectantes me dejaron sin palabras, cada molécula de nuestros cuerpos permanecían inmóviles y extasiados por el contacto que existía entre los dos, me comencé a acercar lentamente a sus labios pero me detuve al sentir como su embriagador aroma despertaba cada uno de mis sentidos, aspire profundo quedando completamente embelesado, pero regrese a la realidad al sentir como me apartaba delicadamente, se levanto sin emitir palabra alguna, tomo a Amy de la mano alejándose cada vez más, pero miro hacia atrás confundida por lo que había sucedido hace pocos segundos, una gloriosa sonrisa se dibujo en mis labios, pues sabía que Val había reaccionado así porque la situación había causado algo especial en los dos, perdón en ella, pobre ilusa.

lunes, 19 de abril de 2010

Valery... capitulo 1


Abrí los ojos observando el radiante sol que iluminaba intensamente mi habitación y mis pensamientos, el cielo despejado y brillante hacían de la ciudad un hermoso paraíso, me encantaban aquellos días soleados en los que la gente se saludaba con cálidas sonrisas, pues no hay nada mejor que ver los rostros agradables de las personas que te rodean para hacerte saber que tu día también será bueno; en el ambiente se percibía el delicioso olor de las flores recién levantadas luego de una noche fría y humedad, las dulces notas provenientes de la casa de la señora Hamilton quien tocaba alegremente el piano, los ladridos de Bufí, el hermoso cachorrito de Candas, mi frustrante vecinita y lo que más me encantaba, el delicioso aroma del perfume de mi padre que se escabullía en la habitación despertándome con ternura, al sentirlo aspiraba profundamente en un intento de guardarlo para todo el día hasta mañana por la mañana, dibuje una sonrisa en mi rostro al oír los pasos de mi madre bajando las escaleras, estire mi cuerpo para levantarme, me baje de la cama y abrí la ventana para darle paso al dulce fresco de la mañana, cerré los ojos para disfrutar las caricias del viento en mi rosto, mire el reloj el cual marcaba las 7:00 am, tenía tiempo suficiente para alistarme.
Me duche sintiendo las gotas de agua en mi lengua, era increíble como algo que no tenia sabor alguno, podía saciar con deleite tan cruel necesidad, como aquello que no puedes tocar, lo sientas con tanto gozo, como esa agua brota de los ojos para así desahogar un corazón angustiado, suspire mientras salía maravillada del baño.
Me acerque al armario en busca de un atuendo perfecto para un día sumamente perfecto, saque un lindo short rosa y una blusa color crema, me caracterizaba por ser bastante vanidosa, finalmente me vestí y me maquille lo más natural posible, pues pienso que la verdadera belleza es aquella que se puede apreciar con fina sencillez. Baje las escaleras hacia la cocina en donde se encontraban mis padres desayunando mientras conversaban con comodidad, igualmente me esperaba un delicioso plato de cereal.
-buenos días princesa – me saludo mi padre carismático, mientras mi madre me sonreía tiernamente.
-hola papitos – les di un beso y me ubique en mi asiento.
-Valery cariño sabes que no estamos de acuerdo con que estés hablando por celular hasta altas horas de la noche – mi madre era quizás demasiado comprensiva y un poco alcahueta, pero siempre trataba de entenderme y reprenderme con cariño.
-lo siento no volverá a suceder – me excuse sonriendo con dulzura.
-eso espero – agrego mi padre serio, el es bastante cariñoso, pero una maldición verlo molesto.
-sí, señor Joseph
-no estoy bromeando – me señalo con autoridad.
-ya cariño, ya dijo que no volvería a suceder otra vez – como siempre mi madre estaba ahí para defenderme.
-bueno, bueno ya me voy se me va a hacer tarde, los amo.
Detestaba cuando mi padre me reprochaba por lo que hacía, pero trataba en lo posible de no contrariarlo, no quería que luego me diera un sermón más largo aun, o que según él mi rebeldía causara repercusiones graves; me levante del comedor rápidamente, me subí al auto que me había regalado mi abuelo, este auto era realmente lindo y me ayudaba a no estar caminando, me resultaba engorroso llegar tarde a la escuela, pero gracias a él podía ahorrarme ese trabajo, bueno aunque mi padre al principio no estaba convencido con que la niña de la casa manejara sola un auto, estaba completamente paranoico con que me terminaría accidentando, es bastante casón pero lo amaba tal y como desgraciadamente a veces se comportaba. Estacioné el auto en frente de la casa de Amy.
-hola val – me saludo con un tierno pero reconfortante abrazo.
Amy es en realidad especial, es por decirlo así un cofre de dulces, tierna pero quizás demasiado tímida, tanto que innumerables veces me preguntaba el porqué era su amiga si yo era la chica más popular de la escuela y ella solo otra más del montón, para mí era absurdo que pensara algo así, pues no se llegaba a imaginar lo especial que era para mí, la quería inmensamente pues sabía que podía confiar ciegamente en ella y que siempre estaríamos juntas apoyándonos hasta el final, era una amistad muy valiosa, aquellas que perduran para toda la vida. Amy es linda en toda sus formas, su cabello liso, largo color café es hermoso, delgada y su tez blanca como la leche.
-¿Cómo dormiste?
-súper bien, las cosas con mi madre están mejorando, está comenzando a sonreír – en su rostro se dibujaba una delicada sonrisa.
Amy estaba pasando por momentos difíciles pues su padre había fallecido hace un mes, lo cual había sido muy duro para su madre y sobre todo para ella, no quería ni siquiera imaginarme estar en su posición. Me alegraba que su familia lo estuviera superando y que su madre estuviera mejor ya que era una señora alegre y cariñosa.
Cada noche me quedaba hablando con Amy hasta tarde esperando a que se durmiera para que no se quedara llorando hasta el amanecer como hacia los primeros días de la muerte de su padre, me partía el alma verla sufriendo de tal manera.
-es un alivio escuchar eso.
-dímelo a mí.
Tome su mano en un intento de transmitirle un poco de seguridad, ella es como una hermana para mi, aunque no lo creyera me sentía confiada a su lado, de la misma forma en la que yo trataba de brindarle seguridad, ella lo hacía conmigo y estaba en verdad agradecida por eso.
Recordé aquel día lluvioso en el que su padre fue sepultado, recordé como lloraba desconsolada en mis brazos, mientras nuestras lágrimas se combinaban con las gotas de lluvia, en un momento Amy emitió un grito de dolor haciendo que mi corazón se partiera en mil fragmentos al escucharla, la lleve a su casa y me acosté a su lado, las lagrimas no dejaban de brotar en sus ojos, quería calmar su dolor cargando la mitad de él, pero era imposible solo podía limitarme a verla sufrir, su mirada perdida en el vacio causaba en mi un sufrimiento indescriptible.
-tienes que ser fuerte, yo estoy aquí contigo – intentaba hacerle saber que estaba allí para protegerla y brindarle mi amor.
-¿fuerzas Val? Yo no podre tener fuerza – su respuesta me entumeció el corazón, me acerque a ella tomándola cuidadosamente entre mis brazos mientras posaba su cabeza en mi pecho.
-no sé qué hare ahora que él se ha ido ¿Por qué él? Nunca le hizo daño a nadie, el era la razón de vida de mi madre.
-duérmete cariño, duerme.
Sus lágrimas cesaron y su respiración se apaciguo, suspire profundamente y caí en lejano sueño junto a ella.

-hable con katie
-¡Katie! - reaccione frenando crudamente.
-¡¿nos quieres matar?!
-se me olvido pasar por ella, mi tía me va a matar.
-cálmate, ella fue sola, tu abuelo ayer le entrego el carro, llamo para avisarme.
-Dios, casi me da un infarto – retome nuevamente el camino.
-es una lástima que no tengamos que pasar más por ella.
-¿Por qué lo dice?
-¡Dios! Tu tio esta como quiere, es tan hot.
-si lo sé pero mi tío Bill ya está viejo – respondí entre una carcajada.
Bueno eso es cierto, pero seguiré soñando con la foto que está en la casa de Katie de cuando era todo un dios de 17 años.
-sí, esa foto es toda una tentación.

Llegamos a la escuela en escasos minutos, nos bajamos del auto hablando entre sonrisas mientras nos dirigíamos a Katie quien nos esperaba en la entrada con su cabellera rubia suelta, un vestido ceñido al cuerpo que mostraba todos sus encantos y el cual combinaba con sus ojos verdes.
-¡hola! – corrí gritando y guidándome en ella.
-¡bájate! ¡Pesas como un demonio! – gritaba desesperada, me baje riéndome sin control.
-no vuelvas a hacer eso ¿quieres que me hernie o qué?
-lo siento – sonreí con inocencia
Katie es hermosa y demasiado creída pero posee un carisma inigualable, además de ser bastante cariñosa puede llegar a ser irritante si lo desea, desde pequeña hemos estado juntas y siempre nos llevamos bien, la adoro infinitamente, ella es mi prima favorita.
-hola cariño – Katie abrazo fuertemente a Amy.
-¿y a mí no me vas a saludar? – pregunte con descaro.
-¡no! Eres una tonta, algún día de estos terminare infartada o aplastada gracias a ti.
-eres una exagerada.
Me miro con ojos malicioso esbozando una sonrisa picara, de un momento a otro me abrazo fuertemente dejándome sin respiración alguna.
-¡te amo, prima!
-¡suéltame! ¡Suéltame! – gritaba sin respiración. Me soltó alejándose de mí instantáneamente
-¿soy exagerada? – su rostro dibujaba una gloriosa sonrisa.
-lo siento – dije recobrando el aire
-¡ves! Estropeaste mi vestido, eres una tonta Valery – señalaba la manga del vestido la cual se había anchado un poco.
-si eres exagerada, recógetela y ya, te amo – dije mientras entraba a la escuela
-yo no – me siguió junto con Amy.
La escuela era algo de lo que no me quejaba, era agradable a su manera, había gente agradables pero había otra irritante e indeseable, yo hacía parte de las personas encantadoras, me gustaba ser amigable y cariñosa pues esperaba lo mismo de los demás, siempre me he destacado por ser inteligente, recibir diplomas de excelencia y tontadas de esas, eso no vale nada para mí, lo que en realidad representa un gran mérito es mis conocimientos los cuales utilizo para el bien común, yo soy como había dicho Amy alguien popular pero no como en las películas donde son las porristas rubias, huecas y vanidosas eso era algo así como un mito o bueno al menos mi escuela por cierto lado marcaba algo de diferencias.
Era popular junto con mi querida prima y Amy pero era obvio las diferencias de personalidades lo cual resaltaba mas el grado de mentira de que las populares son las zorras porritas, nunca había tenido un novio en la escuela y mucho menos Amy, bueno Katie unos 3 pero eso era poco para mucha de las chicas de la escuela. Solo había tenido un novio en mi vida el cual por ciertos motivos me da pena nombrar, pero ya es pasado así que ¿qué más da? Jack mi primo, estuvimos juntos a escondidas y son obvias la razones, además de que solo tengo 17 y el tiene 26 años, solo fue un capricho estúpido así que dejamos las cosas como estaban y ahora el tiene su prometida y yo estoy feliz por él y por mí, pero bueno es un secreto que solo se yo, al principio luego de terminar cuando él se comprometió, las cosas no habían terminado del todo, no podía negarme a mi misma que me gustaba demasiado y nos vimos unas cuantas veces más pero entre los dos nunca sucedió nada más que simples besos, algo que si no es un secreto ¡soy virgen! Estoy orgullosa de eso, ahora eso es un pecado, sonara anticuado pero esperare a mi príncipe azul o el de cualquier color pero que sea para mí.

Caminado por el pasillo Derek me saludo con una radiante sonrisa, tan hermosa que fue difícil para mí apartar la mirada de él, la cual se contagiaba en segundos, finalmente mire hacia el frente para seguir mi camino, pero mi sonrisa de un momento a otro se convirtió en una mueca de desagrado, era increíble como con tan solo verlo todo rastro de alegría se marchaba de mi ser, Tony se dirigía en dirección opuesta a mi junto con Jaime, en su rostro se dibujo una sonrisa maliciosa al verme; Tony Mclions era por decirlo así una horrenda pesadilla, pero hermoso a su extraña manera, era tan guapo que su belleza era casi increíble, su cuerpo era como una deliciosa barra de chocolate, su cabello y sus ojos negros brillaban aun así no hubiera luz alguna en el lugar, su imponente caminar hacían de él un majestuoso dios lo que a su vez se intensificaba al mostrar una hilera de dientes perfectos, y su mayor atributo era aquel aroma que extasiaba por completo tus sentidos dejándote completamente fuera de orbita y que despertaba en ti los pensamientos más profundos, por ultimo y que no dejaba más alternativa que desearlo, su boca color rosa intenso, jugosa como las manzanas alusivas a sus labios productos de más cruel pecado que tentaban tu debilidad sin piedad alguna; pero todo aquello que te dejaba sin palabras era solo un espejismo, Tony era en realidad el castigo más cruel que había conocido en mi vida, pues no es difícil describir su inigualable apariencia, pero ¿qué puedo de su magnífica personalidad? ¡Cierto! Engreído, mentiroso, descarado, acosador, manipulador, adicto al sexo y a las drogas ¿y cómo olvidarlo? Su mayor debilidad, las mujeres.
El era para mí como un abismo oscuro y profundo en el cual no caería nunca, lo odiaba infinitamente por todo lo que a lo largo de tortuosos años me había hecho, pues se encontraba totalmente frustrado por no haber ganado aun el trofeo mayor, aquel que se negaba rotundamente a pertenecerle, ese que sobrepasaba su límite de alcance, aquel trofeo poseía un nombre propio, Valery Miller, para él era un total castigo ser rechazado, pero el no acceder a su tan anhelada petición me ha costado demasiado, el era mi peor castigo el cual no merecía, al verlo recordé todo aquello que me había hecho, recordé el día que me encerró en el baño, también aquel en que me pincho las llantas del carro y como olvidar aquel que había sobrepasado mi largo límite de tolerancia , aquella fiesta en la que el muy idiota había drogado mi bebida dejándome totalmente desorientada.
Aquellos días en los que Tony se aparecía por mi feliz camino algo malo sucedía, el era una desgracia andante junto con Jaime; Paso a mi lado sin apartar su mirada penetrante de mis ojos, voltee la mirada como gesto de indiferencia, su presencia hacia que la ira se activara en mi cuerpo, y que el sentimiento de impotencia invadiera mi mente por completo.
-se ve hermoso – katie susurro a mi lado.
-es un imbécil- cada vocal que salía de mi boca estaba impregnada de odio profundo.
Amy sonrió divertida ante mi respuesta, después de todo no era una novedad que yo pensara de esa manera, era algo connatural en mi, de un momento a otro un estruendoso ruido se produjo a nuestras espaldas y un chillido de dolor se extendió por el pasillo, lo cual llamo nuestra intención en instantáneamente; Tony tenia a Derek colgado del cuello mientras le propinaba un fuerte golpe en el rostro, reaccioné sin dudarlo y me dirigí a ellos corriendo a gran velocidad, era un mostro, Derek solo tenía 14 años, no podía creer que un imbécil de 18 años tratara de esa manera a un niño, por desgracia Jaime me interrumpió el paso tomándome del brazo.
-¡suéltame! – grite desesperada
-no te metas
Veía como Derek poco a poco perdía el conocimiento, respiraba con gran dificultad, y su rostro no poseía ya color alguno, solo se movía desesperado en un intento de tomar aire.
-¡que me sueltes! – la ira activo mis neuronas haciendo que empujara fuertemente a Jaime.
Tome a Tony del cabello halándolo cruelmente hacia el piso, él sabía quién era yo y que no necesitaba de nadie para poder darle una lección, intentar hacerle daño era un instinto que él había creado en mi, cayó en el suelo soltando así a Derek, yo me encontraba inclinada a su lado con su cabello aun entre mis manos.
-¡suéltame zorra! – me grito abriendo sus ojos de par en par.
-¿tanto quieres que lo sea? – susurre con ironía en su oído.
-es lo que más deseo
Me tomo ágilmente por la cintura tumbándome en el suelo, inmovilizándome subiendo su cuerpo sobre el mío, sentía su agitada respiración en mi rostro, mientras posaba su mirada sobre mí a escasos centímetro, mi mente se encontraba totalmente perdida en sus profundos ojos, lo odiaba pero no podía negar que en él había cosas inevitables de admirar, se acerco a mi lentamente pero se detuvo emitiendo un profundo suspiro, de un momento a otro lo empuje delicadamente quitándomelo de encima, me levante aun desorientada. Amy y Katie me miraban sorprendidas lo que hizo que mis mejillas se sonrojaran intensamente, no produje palabra alguna y me aleje tomando Amy de la mano pero por ultimo mire hacia atrás en donde se encontraba Tony aun sentado en el suelo esbozando una un gloriosa sonrisa.
-¿Qué sucedió ahí Valery Miller? – pregunto Katie con una gran sonrisa.
No poseía respuesta a tal pregunta pues hasta yo misma me encontraba extrañada por mi actitud, no había reaccionado como siempre lo hacía, simplemente me perdí en la sensación que traía consigo tanta cercanía, me encontraba aun mas confundida al pensar en aquel suspiro que produjo absorbiendo así mi aroma, se me erizo la piel en solo pensar lo cerca que había estado de mí, lo cual nunca había sucedido antes o más bien trataba de evitarlo.
-¡te gusta Tony!
-basta Katie no sucedió nada, deja ya el escándalo ¿quieres?, alguien te puede escuchar.
-¿y acaso es mentira?
¿Mentira? Claro que era mentira, una persona como él no se merecía en mi inspirar un sentimiento lindo al pensarlo, de igual manera el odiarlo tanto no había sido creado por mi imaginación, sin embargo aquello no respondía pregunta de Katie ¿qué había sucedido?
-sabes que no me gusta, ¡lo odio! – en mi rostro no había expresión alguna pero en mi mente si había un único sentimiento, confusión.
-no te preocupes Val nadie vio nada – Amy me alentaba acariciando mi espalda.
-¡Valery! – aquel grito estridente llamo mi atención y voltee lentamente, Brittany se dirigía hacia mi enfurecida.
-pues no parece – le susurre a Amy suavemente.




lunes, 5 de abril de 2010


prefacio Tony



Tocame sin temor, odiame con amor

solo pido no te vallas por favor,

y cuando llegue el amanecer

solo besame corazón, que en tus brazos

no poseo rastro de razón,

tu pureza deseo con pasión,

tocar tu dolor es mi anhelo y

tomar tu inocencia es lo que quiero,

para no morir en este maldito infierno

por el pecado que me esta consumiendo,

Valery ángel divino solo amame te lo pido.

Prefracio Valery


Dime luz destellante,

naciente de oscuridad infinita

porque mi alma llora sin consuelo

adolorida, lagrimas de sangre

en mis ojos haz provocado,

pues tus labios envenenados

el corazón me han destrozado,

tu frio hiriente ya no se siente,

tu calor ardiente domina mi mente,

tu aroma tentacion de muerte

me lleva al pecado,

toma mi cuerpo sin dudarlo,

y asi en medio de llanto y sollozos

tocame ser orgulloso,

haciendo que mi amor crezca por ti glorioso.