domingo, 25 de abril de 2010

Tony 1


Abrí mis ojos lentamente quedando ciego al ver la luz que se escabullía en la habitación por la ventana entre abierta, tape mi rostro con las cobijas blancas que decoraban mi cama, pero las arroje a un lado al sentir en ellas un intenso y molesto olor dulce, como perfume de mujer, me estire aun en la cama produciendo un gemido de placer, me levante y sentí como si el mundo se derrumbara sobre mí, mire la mesita de noche en la cual se encontraba una botella de licor totalmente vacía, me tome la cabeza entre las manos pues sentía que se me caería del cuerpo, caminaba con cautela para no caerme, odia los malditos días en que el la luz de la mañana me despertaba temprano dejándome con ceguera, bostece profundamente y frote mis ojos para despertarme, abrí la ventana en su totalidad dejando que el sol cegador entrara iluminando hasta el ultimo rincón, de un momento a otro sentí un quejido que se producía detrás de mí, voltee con cuidado y con los ojos entre cerrados vi el cabello castaño que salía de entre las sabanas, intente recorrer los vagos recuerdos que en mi mente habitaban, ¡por Dios! Mire hacia abajo dándome cuenta que me encontraba completamente desnudo, reaccione colocándome el pantalón que se encontraba sobre la mesa del computador.
-¡Brittany despierta! – jale las cobijas destapándola, ¿qué había sucedido la noche anterior? No recordaba nada, lo cual me frustraba.
-¿qué sucede?
-levántate tienes que irte – recogí la ropa que se encontraba regada por toda la habitación y se la tire en la cara con brusquedad, no tenía tiempo para gallardías, de igual manera con ella me podía ahorra ser delicado. Se coloco con el pantalón pacientemente
-¡largo, largo! Mi madre te puede ver – la saque a empujones de la habitación, ella se quejaba entre suaves susurros, por ultimo le cerré la puerta crudamente en el rostro, no me había alejado ni medio metro cuando toco la puerta nuevamente, abrí con mala cara.
-¿Qué sucede? – odia cuando Brittany se ponía intensa, y en este momento no estaba de humor para soportarla.
-esto no es mío – dijo con un sostén en su mano derecha, mientras que con la izquierda cubría su pecho.
-mi amor, tuyo o no es lo mismo, igual estuve encima de él y seguramente de la dueña también – esboce una sonrisa maliciosa.
-eres un imbécil – estaba enojada pero no estaba dispuesto a mentirle, por alguna razón eso había llegado a mi habitación y no precisamente porque yo me lo colocara.
-muy bien que te costaste conmigo, así que no te quejes – levanto su mano la cual se dirigía a mi rosto, reacciones deteniéndola rudamente por el brazo – ni lo pienses yo no te obligue a que te me ofrecieras como una cualquiera, ahora lárgate.
La empuje violentamente cerrando la puerta por última vez. Me metí en la ducha bañándome con agua fría para que despertara mis sentidos que se encontraba fuera de órbita, trataba de recordar lo sucedido la noche anterior pero mi mente se encontraba completamente en blanco, no recordaba absolutamente nada, tenía que reducir un poco la droga no quería que la neuronas se me quemaran antes de tiempo.
Maltita sea, la cabeza me quería estallar, odiaba ir a la estúpida escuela y detestaba aun mas levantarme temprano, era increíble para mi explicarme como no me había vuelto loco repitiendo la misma absurda rutina todos los días de mi vida, aunque no podía quejarme del todo ya que sabia sacarle provecho a todo esto, pues niñas ingenuas y zorras inmaduras era lo que abundaba en la escuela, eran pocas las que había dejado pasar por alto, pero Diego y Jaime se habían encargado de ellas, en conclusión no me quejaba en lo absoluto de mi vida, era una completa fortuna poder vivirla.
Me cambie ágilmente y organice escasamente el cuarto para facilitarle un poco el trabajo a mi madre, bote el sostén que Brittany había dejado entre las cobijas, baje rápidamente hacia la cocina en donde se encontraba mi madre preparando el desayuno.
-buenos días cariño – me rodeo con sus pequeños brazos por la cintura.
-hola mamá – le di un beso en la frente, el olor a tocineta revolvía mi estomago hambriento, pero no podía quedarme para desayunar, ya era bastante tarde como para perder más tiempo.
-mamá, no puedo desayunar es tarde ya.
-hijo pero no puedes irte sin comer nada, estas en crecimiento.
-Mamá tengo dieciocho no trece – dije entre una tierna carcajada.
-para mi eres un niño.
-bueno te prometo que como algo cuando llegue a la escuela – busque las llaves de la moto que había dejado en el mesón de la cocina pero no se encontraban por ningún lado - ¿mamá no has visto las llaves de la moto?
-en el mesón, hay deben de estar nadie ha entrado a la casa.
-¡Brittany! – la furia fue evidente en mi rostro.
-¿Quién es esa? ¿No es con la que te encontraron en el baño de la escuela? – me pregunto con tono de desaprobación.
-ehmmm, nadie mamá me voy, te amo – me marche dándole un beso.
Maldita sea, Brittany no sabía con quien se estaba metiendo, eso me pasaba por ilusionarla tanto, pero ella no tenía que ser ciega para darse cuenta que solo era un juego, que no existía nada serio entre los dos, sería estúpido de mi parte si me llegase a enamorar nuevamente y más de una chica como ella, desde hace un año hasta el sol de hoy veníamos acostándonos, pero ella sabía que solo éramos amigos, no entendía porque su cabecita había elaborado ideas erradas últimamente, lo peor del caso era que ella sabía muy bien que no era la única, solo nos dedicábamos a jugar a la mamá y a el papá de vez en cuando, pero si lo que quería era este tipo de juegos entonces me la voy a… , el celular sonó interrumpiendo el hilo de mis pensamientos.
-¿Tony?
-¿Qué paso Jaime? – su voz era identificable para mi así la editaran en un computador.
- hermano, ¿traes un poco de polvos flu?
-¿me viste cara de Harry Potter o qué?
-sabes a que me refiero.
-sí, sí, sí. Chao ya lo compro.
Mientras iba hacia la escuela, con el tedioso trabajo de caminar gracias a la zorra de Brittany y sus estupideces, me dirigía a donde el chaco, el mexicano que vendía la mejor mercancía de la cuidad, no entendía como había llegado hasta aquí, pero como lo descubrieran no quería ni imaginarme lo que le harían por narcotráfico.
-hola cari bonito – me saludo estrechándome la mano.
-háblate charro.
-nada carnal ¿Qué quieres?
-una de coca – me entrego la pequeña bolsa que contenía lo que Jaime llamaba polvos flu.
Llegue al colegio con la ira revuelta en la cabeza pues me había tocado caminar por culpa de Brittany, era increíble lo fastidiosa que podía llegar a ser, pero no entendía en qué momento se había tomado las cosas tan apecho, no volvería a cometer el mismo error de acostarme con la misma chica varias veces, de igual manera con Brittany ya era monótono y nada excitante. Me dirige al baño de hombre donde seguramente se encontraban Jaime y Diego esperándome con ansias, pero antes intente buscar a Brittany de la cual no había rastro alguno, Stephany cruzo a mi lado con su mirada penetrante posada seductoramente sobre mí, tenía ganas de… no, pero ahora no, primero está el amor de mi vida, la moto.
-hola hermano ¿lo trajiste? – le entregue inmediatamente lo que me había encargado
-¿Dónde está Diego?
-llega tarde hoy – dijo mientras alineaba la droga con el carnet de la escuela, luego tomo un billete y lo enrollo haciendo de el cómo especie de un conducto y por ultimo aspiro profundamente mientras sus ojos se doblaban hasta quedar por unos segundos totalmente blancos.
-¿quieres un poco?
-no, ahora tengo que buscar a la estúpida de Brittany, me robo las llaves de la moto.
Salí del baño rápidamente, desesperado por encontrar a Brittany o mejor dicho recuperar las malditas llaves que me había robado por un estúpido resentimiento, en la mañana no le había dicho nada que fuera mentira, no puedo evitar ser sincero a la hora de decirle a una chica lo que es, claro después de comprobarlo por mí mismo.
-te lo advertí – dijo Jaime quien estaba a mi lado caminado por el pasillo.
-¿me advertiste qué?
-que debía compartir, no la debiste llevar a tu casa y mucho menos acostarte con ella más de una vez.
-imbécil, tu nunca me dijiste nada – le di un fuerte puñetazo en el brazo con mala cara.
Mire hacia el frete para retomar el paso, y de un momento a otro en mi rostro se dibujo una malvada sonrisa, Valery caminaba en dirección opuesta a mí, mis ojos se aferraron totalmente en su rostro; ella era como una ardiente tentación, mi boca se hacía agua al verla y mis hormonas se despertaban enloquecidas, su cabello rubio caía en cascada sobre su voluptuoso pecho, su pequeña cintura se dibujaba en una blusa ceñida al cuerpo y sus ardientes piernas se mostraban elegantes mientras su trasero se convertía en un delicioso pecado cubierto por un pequeño short rosa. Trague en seco e hice a un lado mis morboso pensamientos, solo tenía presente que algún día ella iba a amanecer en mi cama entre mis brazos, y ese día iba a obtener el merito mas valioso, “tener sexo con la más difícil”, Valery era ciertamente una fiera excitante, pues se defendía salvajemente si intentabas acercártele con negras intenciones, todos lo había intentado y ninguno había tenido suerte, pero sabía que algún día después de tanto desearla iba a poder hacerla completamente mía, luego llegaría otra metra la cual cumplir, pero por el momento ella era mi excitante prioridad; su mirada se torno seria y sus ojos azules resaltaban junto con sus provocativos labios, pase a su lado con los ojos aun postrados en ella. Finalmente enderece la mirada y vi como Derek, el hermano menor de Laura se dirigía con su mano empuñada hacia mí, antes de que pudiera hacer algo lo tome por el cuello arrecostandolo crudamente contra los casilleros.
-eres un imbécil, te acuestas con mi hermana y la dejas llorando ahora.
-tu hermana es una cualquiera.
Me escupió el rostro y reaccione golpeándolo fuertemente en la cara, limpie mi rostro con mi otro brazo, cuando en ese instante sentí como algo me halaba bruscamente del cabello haciendo que perdiera el equilibrio, cayendo así atrozmente en el suelo, vi a Valery a mi lado teniéndome del cabello con fuerza, mi cabeza se incendio de ira mientras y a su vez sentía un intenso dolor.
-¡suéltame zorra! – grite estruendosamente.
-¿tanto quieres que lo sea? – pregunto en un suave susurro.
¿Qué si quería? Claro que quería, tal vez si fuera así, ya hubiera cumplido mi objetivo desde hace mucho tiempo.
-es lo que más deseo – esboce una sonrisa bribona y ágilmente la tome de su pequeña cintura tirándola en el piso, con aun más rapidez apoye mi cuerpo sobre el de ella inmovilizándola por completo, al sentir su corazón que latía acelerado mi respiración se agito desesperadamente, sus ojos expectantes me dejaron sin palabras, cada molécula de nuestros cuerpos permanecían inmóviles y extasiados por el contacto que existía entre los dos, me comencé a acercar lentamente a sus labios pero me detuve al sentir como su embriagador aroma despertaba cada uno de mis sentidos, aspire profundo quedando completamente embelesado, pero regrese a la realidad al sentir como me apartaba delicadamente, se levanto sin emitir palabra alguna, tomo a Amy de la mano alejándose cada vez más, pero miro hacia atrás confundida por lo que había sucedido hace pocos segundos, una gloriosa sonrisa se dibujo en mis labios, pues sabía que Val había reaccionado así porque la situación había causado algo especial en los dos, perdón en ella, pobre ilusa.

1 comentario:

  1. :O ME ENCANTA! KE PERRO ESE TIPO -.- xdddd me gusta me gusta :B t invit a mi blog *-*

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